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Identidad visual corporativa: el aumento de la digitalización y la popularidad de nuevas herramientas informáticas de diseño han hecho que prácticamente cualquier usuario o empresario pueda crear logotipos, material corporativo y otro tipo de elementos que forman parte de la identidad visual de una marca.

La identidad corporativa es la manera en la que una marca se proyecta y transmite su objetivo y propuesta de valor a su audiencia. Por lo general, cuando hablamos de este concepto nos referimos a la identidad visual de una empresa, esto es, la manifestación física de la marca corporativa. Lo que engloba los códigos y signos que identifican a una empresa como el símbolo, el logotipo o el anagrama, el estilo ilustrativo, sus códigos cromáticos, etc.

Pero también el modo en el que todo se combina y se aplica en los distintos soportes de expresión con los que cuenta la empresa. La idea es crear un auténtico estilo visual a través del cual la empresa será identificada en el mercado, más allá de que se muestre el logotipo y que esté bien aplicado.

No obstante, no basta con el simple conocimiento técnico y además, en manos inexpertas el proceso de diseño de una marca puede convertirse en un problema más que en un activo empresarial. Además de usar las herramientas técnicas más avanzadas, a la hora de crear una identidad visual corporativa que resulte funcional, atractiva y rentable, hay algunas claves que debemos tener en cuenta.

Identidad visual corporativa: claves a tener en cuenta

  1. La identidad corporativa es más que un logotipo: aunque resulte evidente, la esencia para crear una identidad corporativa de éxito y que perdure en el tiempo es ser consciente de que no basta con elegir el logotipo o una buena tipografía. Estamos hablando del proceso de diseño, planificación y ejecución de toda la expresión visual de una marca, por lo que tiene que ayudar a su creación, poniéndole foco y un discurso propio y atractivo que vaya acorde con la estrategia y los valores de la organización. Pero además, hay varios elementos como la identidad verbal, la identidad visual, los códigos de estilo de gráficos y el sistema de expresión que no debemos perder de vista. De hecho, cada vez tiene más peso que un soporte o mensaje permitan identificar a la marca, incluso antes de que se vea el logotipo.
  2. Pensar a largo plazo: uno de los puntos más importantes para la creación y gestión de la marca adecuada es mantenerse al tanto de las últimas tendencias, ya sean de diseño, tecnológicas o sociales. Esto no significa que tengamos que copiar siempre la última moda, sino que se trata de estudiar qué impacto pueden tener en nuestra empresa en los próximos 10 o 15 años y en base a ello, confeccionar un plan a largo plazo, diseñando una identidad visual que permanezca en el tiempo. Por eso, debemos huir de las modas, ya que son pasajeras. Obviamente, no es fácil crear una identidad visual que tenga prevalencia dentro de una, dos o tres décadas, pero siempre podemos realizar cambios estéticos más tarde para modernizar la marca aunque nos mantengamos fieles a la idea original. Tipografía, iconografía y gama cromática son elementos que pueden ser puestos al día si la identidad corporativa es suficientemente potente.
  3. La importancia de la originalidad: crear una identidad visual diferente y única no es tarea fácil, sobre todo en un momento en el que parece que todo está ya inventado. Sin embargo, no solamente se puede, sino que también es deseable. Para plantear bien la identidad visual, es fundamental apoyarse en la brand voice, que es el estilo y el tono que determinan la manera de hablar y de expresarse de una empresa y que marcan la diferencia con respecto a sus competidores. Gracias a ello, podemos crear una identidad visual única, acorde con la estrategia de marca y que ayude a ofrecer a nuestros potenciales clientes la experiencia que buscan.
  4. La estrategia de marca proporciona foco e inspiración: aunque no es indispensable, es recomendable contar con una buena estrategia de marca que sirva de foco e inspiración para la labor creativa. Es evidente que una estrategia de marca sirve para mucho más que evaluar si un logo es acertado, pero si está bien definida es mucho más fácil plantear correctamente la identidad y contar con unos criterios claros a la hora de valorar las distintas propuestas que realizan los diseñadores.
  5. La funcionalidad, un elemento que no debemos olvidar: otro de los pilares fundamentales de la identidad visual corporativa son los soportes, medios o puntos de contacto donde se va a manifestar. De vital importancia para que sea funcional a corto, medio y largo plazo. Y es que no es lo mismo si se trata de un producto de impulso que de una compra bien pensada. Hay magníficos proyectos de diseño que han fracasado por no tomar en consideración la adaptación de la identidad visual corporativa a las necesidades digitales que plantea Internet, las aplicaciones interactivas y las pantallas panorámicas, por ejemplo. Crear una identidad visual versátil y adaptada no es un capricho, sino lo que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso al realizar una inversión.