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¿Para qué sirve el branding?: también conocido como gestión de marca, el branding está conformado por un conjunto de estrategias que tienen relación con la filosofía, la misión y el posicionamiento de una empresa. Su principal finalidad es establecer lazos con los potenciales clientes para impulsarlos a tomar la decisión de compra, ya sea de manera consciente o inconsciente. Se enfoca en conseguir que la marca sea conocida y deseada, pero también en transmitir una imagen positiva en los consumidores, tanto desde el punto de vista racional como emocional.

Teniendo esto en cuenta, es posible que te estés preguntando qué es realmente una marca. Una marca es mucho más que una identidad visual o un logotipo. También se define como el compendio de experiencias y sentimientos que viven los consumidores gracias a los productos o servicios que ofrecemos.

Hay que tener en cuenta que la percepción de cada consumidor hacia una marca es distinta en función de su contexto cultural, social, económico y, sobre todo, de la experiencia que vive con la propia empresa. Esta es precisamente la razón principal por la que el branding es un elemento clave dentro del plan de marketing de cualquier empresa, sin importar su tamaño o sector.

¿Para qué sirve el branding?

En un mundo completamente globalizado, la competencia ha ido en aumento, lo que hace que cada vez resulte más complicado destacar entre el resto de empresas. Ahora más que nunca es importante forjar relaciones duraderas y fidelizar a los consumidores. En este contexto, no cabe duda de que la mayor ventaja del branding es su capacidad para reconocer y diferenciar a una marca.

Pero también es un elemento clave para el posicionamiento, ya que sirve de impulso para ganar una mayor visibilidad. De lo contrario, es muy complicado que los consumidores ubiquen una marca.

Además, hay que destacar que el branding también juega un importante papel dentro del plan de marketing de una empresa, permitiendo aportar sentido común, ayudándola a mejorar su estrategia y definiendo las líneas de comunicación de una marca en todos los soportes, canales y plataformas.

¿Cuáles son las ventajas del branding?

Teniendo en cuenta todos los aspectos que acabamos de mencionar, podemos decir que algunos de los beneficios que el branding puede reportar a nuestra marca son los siguientes:

  • Reconocimientos del cliente: los consumidores se acuerdan de nosotros, de modo que no seamos un producto o servicio más.
  • Una estrategia esencial para hacer crecer un negocio: tanto a la hora de sacar al mercado nuevos productos y servicios como implementar estrategias de marketing que resulten efectivas.
  • Fidelidad del cliente: es más fácil crear una relación emocional y duradera con una persona de carne y hueso.
  • Aumenta los beneficios económicos: el marketing es mucho más efectivo y eficiente y la tasa de repetición de compra aumenta.
  • Mayor confianza: se humaniza la marca.

¿Cuándo y cómo trabajar el branding?

Aunque el branding puede reportarnos un buen número de beneficios, lo cierto es que trabajarlo siempre es una prioridad. Aunque sea algo positivo para nuestra empresa, para “crear una marca” se necesita mucha dedicación y dinero, por lo que es importante saber elegir el momento apropiado para ello.

Por ejemplo, si acabamos de montar un negocio, quizás no sea la inversión más importante que debamos hacer, aunque sí es cierto que puede ser interesante tener conocimientos en branding para escoger el nombre de nuestra marca de manera estratégica, ya que esto puede resultar beneficioso a largo plazo.

A pesar de ello, para saber si nos compensa invertir en branding o no, es recomendable tener en cuenta los grados de sofisticación del mercado de Eugene Schwartz.

  1. Nivel 1: nuevo mercado. Nos referimos a aquellos productos o servicios que, por ser nuevos, no tienen competencia directa. Como es lógico, esta fase no dura mucho tiempo, sobre todo en grandes mercados en los que hay una gran oportunidad. Esto hace que rápidamente aparezcan competidores tratando de pelear por su parte de la tarta.
    Si el mercado en el que te estás introduciendo es bastante nuevo, el branding no suele tener tanta importancia, ya que el producto o servicio que ofrecemos ya se diferencia por sí mismo. No obstante, no hay que perderlo de vista por si empiezan a llegar competidores. En estos casos, el marketing debe explicar de manera clara y directa nuestro principal beneficio.
  2. Nivel 2: aparición de los competidores. En este nivel, el mercado ya no es tan nuevo y la competencia ya ha empezado a llega traída por las ganancias que pueden llegar a generarse. En este contexto, es fundamental empezar a trabajar cierta diferenciación, para lo cual, es necesario enfocarse en las ventajas que nuestro producto o servicio ofrece con respecto a otros y todo el plan de marketing tendrá que girar en torno a ello.
  3. Nivel 3: diferenciación. En este punto, los consumidores ya pueden identificar el producto o servicio y conocer las alternativas que pueden encontrar en el mercado. Tiene donde elegir, por lo que es importante que trabajemos para destacar por encima de la competencia y que seamos la opción elegida.
    En este escenario, es fundamental buscar la especialización de la oferta, lo que significa crear productos o servicios mucho más concretos teniendo en cuenta el perfil de nuestros clientes. Para lo cual, es fundamental conocer al público objetivo para alinear la oferta y todo el plan de marketing con respecto a sus preferencias y necesidades.
  4. Nivel 4: credibilidad. Es el momento en el que el mercado empieza a endurecerse por la enorme cantidad de oferta disponible., por lo que es fundamental trabajar mucho las reviews, los testimonios y la prueba social para demostrar lo que estamos vendiendo. Debemos recopilar opiniones y valoraciones a través de Google, Amazon o los propios recursos que vayamos creando.
  5. Nivel 5: conectar. Llegados a este punto, únicamente queda enfocarse en el objetivo, la filosofía y los valores corporativos. Y es que el foco en el momento de la compra ya no se encuentra en el producto o servicio, sino en el elemento emocional que se consigue transmitir, lo que está muy relacionado con el estilo de vida y las convicciones personales.
    En este nivel, es esencial destinar buena parte del presupuesto en branding, lo que quiere decir que si estás empezando y no cuentas con muchos recursos, tal vez no sea lo mejor entrar a competir en este tipo de mercado o, al menos, es importante que le des una vuelta a tu modelo de negocio para introducir algún tipo de innovación.