Proceso del branding: la creación de una marca potente no es tarea sencilla. Son muchos los factores y elementos que intervienen y todos ellos deben estar perfectamente coordinados. Un trabajo continuo con una visión de conjunto y capacidad de acción coordinada que no puede dejarse al azar, sino que hay que tomar como una carrera de fondo que exige rigor, foco, liderazgo, constancia y determinación.
Es aquí precisamente donde entra en escena el proceso de branding, que engloba distintas fases como la construcción, el desarrollo, el crecimiento y el fortalecimiento de una marca. Incluyendo un importante conjunto de acciones necesarias tanto para crear una marca como para generar valor relacionado con ella, extrayendo todo su potencial y garantizando que se mantenga en el tiempo.
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Proceso del branding: ¿Por qué es tan importante planificar el proceso de branding?
El concepto estratégico y la identidad de marca proporcionan la inspiración necesaria para enfocar y dar coherencia y sentido a todo lo que la empresa dice o hace. Y no sólo a nivel de marketing o comunicación.
De hecho, el principal canal de construcción de una marca, muchas veces es su propio día a día. Si las acciones de nuestro día a día no se inspiran en la personalidad y filosofía de la marca, la brecha entre lo que decimos y hacemos será muy grande y difícilmente podremos ofrecer una experiencia de valor que sea memorable y significativa.
Cuando una estrategia de branding está bien planificada y ejecutada en el tiempo, la marca genera empatía, preferencia, predisposición y lealtad. Los consumidores perciben que es la única solución que se ajusta a sus deseos y expectativas, lo que evidentemente se traduce en un aumento considerable de los ingresos.
Las marcas potentes ejercen una gran influencia en los sentimientos y percepciones de las personas y tienen el poder de determinar sus acciones. Por eso, una marca fuerte disfruta de un crecimiento más sólido, rápido y sostenible, y obtiene un retorno de la inversión más alto que el de sus competidores.
Además, este tipo de marcas resisten mejor las crisis, e incluso pueden llegar a convertirlas en una oportunidad de crecimiento, saliendo fortalecidas de este tipo de situaciones.
Pasos a seguir en un proceso de branding
La creación de una marca tiene que ser global y abarcar todas las dimensiones en las que tiene contacto con su público objetivo. Y hacerlo de forma coherente, expresando el propósito corporativo y hablando siempre en el lenguaje y tono de la marca.
El proceso de branding incluye los planes, acciones e iniciativas necesarias para construir la imagen y experiencia que queremos proporcionar a nuestros clientes, en base a la estrategia que hemos planificado. A continuación te explicamos cuáles son los pasos de un proceso de branding para crear una marca exitosa.
- Inicio y descubrimiento. Lo primero que debes hacer es responder a ciertas cuestiones sobre cómo quieres que tu marca se posicione en el mercado. Después, es recomendable llevar a cabo un análisis sobre todas estas preguntas e ideas iniciales, de manera que podamos tener una base sobre la que empezar a planificar. El siguiente paso es realizar una investigación minuciosa sobre los competidores, la información que hayamos recopilado durante la reunión y la inspiración que nos vaya surgiendo, buscando la manera de construir una propuesta única de nuestra marca.
- Propuesta de marca. Se trata de una fase esencial que incluye el análisis y la interpretación de la reunión, el estudio del contexto de mercado y la creación de la propuesta de marca y la estrategia creativa.
- Análisis del contexto del mercado: nos permite entender y valorar cuál es nuestro público objetivo y el nicho en el que se encuentra nuestro negocio. Deberemos definir cómo se posicionan los competidores e identificar brechas y oportunidades para diferenciarnos de la competencia.
- Definición y creación de una nueva propuesta de marca: empleando nuestros conocimientos para llevar a cabo una propuesta de marca coherente y diferenciada, lo que incluye la propuesta, la promesa, el posicionamiento, los atributos y los valores. Con todo ello, podemos redactar un informe con nuestra propuesta de marca.
- Estrategia creativa: es el momento de empezar a planificar la estrategia creativa, incluida la narrativa de la marca, el contexto de los mensajes y todo lo relacionado con los puntos de contacto y la combinación de canales. Se trata de encontrar el “por qué” de tu marca y asentar la base de su identidad.
- Imagen de marca. El proceso creativo para crear el concepto visual de la marca empezará con un periodo de descubrimiento y creación de paneles de inspiración. Para ello, iremos implementando todo lo que hemos ido desarrollando en la propuesta de marca. Podemos plantear 4 o 5 rutas creativas y elegir la que nos termine convenciendo más para seguir trabajando. Perfilaremos el proceso mediante la ruta elegida creando la identidad y el logo, y creando puntos de contacto para comprobar cómo se mostrará la marca en general. En base a ello, afinaremos la ruta hasta que tengamos nuestra nueva identidad visual.
- Tipografía y sistema de marca. Es hora de escoger la tipografía para apoyar la nueva identidad de marca. Normalmente, se escogen dos fuentes, una para los encabezados y otra para los textos que se mostrarán en el cuerpo de las publicaciones, la web o cualquier otro texto. Ambas se complementan entre sí y representan los atributos de la marca. Además, buscaremos elementos gráficos o sistemas para respaldar la marca, así como una gama de texturas o colores para la identidad visual. Todo ello debe ser incluido en las Directrices de la Marca.
- Directrices de la Marca. Esta será la guía de tu empresa sobre la propuesta de marca, el tono de voz, cómo usar los logos, fuentes, colores, texturas, sistemas y todos los demás puntos de contacto de la marca. Algo así como la biblia de tu negocio para saber cómo aplicar la nueva identidad y mantener la coherencia de la marca.