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Estrategia de branding: En la actualidad, uno de los principales desafíos a los que se enfrentan las empresas es mantener la coherencia en todos los puntos de contacto con sus clientes y a largo plazo. La marca es la percepción que nuestro público objetivo tiene de nuestro producto, servicio y empresa, por lo que la gestión de la misma debe estar marcada por una estrategia coherente que implemente los contenidos y acciones que ayuden a crear la imagen que queremos transmitir. Es aquí donde entra en escena el branding.

La estrategia de branding es un compendio de acciones que fortalecen la marca, impulsan aquello que la hace diferente y transmiten sus valores y principios. Es decir, enfatizan el valor añadido que la marca ofrece al mundo y a sus clientes. Y, del mismo modo que ocurre en cualquier proceso estratégico, tiene que responder a los problemas y necesidades que hayan sido identificados con anterioridad, marcando el objetivo que queremos conseguir y los pasos que debemos seguir para ello.

En el mundo actual, coexisten muchas marcas que aspiran a perdurar a lo largo de los años. Nos encontramos en un momento en el que los cambios se suceden a gran velocidad y donde los elevados estándares de calidad de los productos y servicios han ido desplazando las propuestas de valor hacia mensajes más basados en las experiencias y emociones.

En este contexto, ¿cómo podemos continuar siendo relevantes para un consumidor cada vez más exigente, informado y participativo? Las antiguas reglas han quedado obsoletas. Las empresas tienen que abanderar las creencias y valores, y la única forma de ganar la batalla es maximizar el potencial de las organizaciones y las potencien hacia el futuro.

Beneficios de la estrategia de branding

La estrategia de marca es un proceso que tiene una gran influencia en la empresa. Y no sólo porque contribuye a identificar un camino claro hacia el que dirigirse en el futuro, sino también porque proporciona múltiples ventajas, tanto a los clientes como a los potenciales clientes.

  • Mayor confianza, interés y preferencia: los clientes, usuarios y consumidores percibirán la marca como más única y cercana, siendo más sencillo conseguir que nos elijan por encima de nuestros competidores.
  • Mayor protección ante crisis: en un escenario digital y bidireccional, donde la información corre como la pólvora, el riesgo de sufrir una crisis de reputación es más elevado que hace unos años. La estrategia de branding ayuda a prevenir malas prácticas y a marcar los directrices a seguir en los procesos y acciones de comunicación en caso de que se produzca.
  • Más oportunidades de innovación: cuando una marca es un ideal o un concepto es más sencillo usarla para poner en marcha nuevos proyectos, lanzar nuevas extensiones de gama, línea o marca en nuevas categorías en base a un modelo en concreto de arquitectura de marca.
  • Mayor relevancia: una estrategia de marca ayuda a resonar de manera profunda con un tipo de consumidor en concreto. Tenemos que esforzarnos para que ese consumidor no quiera dejarnos nunca. Mayor retención del equipo humano: la motivación en el trabajo es fundamental para el desarrollo y la retención del talento. Formar parte de una organización que actúa bajo una marca fuerte favorece la vinculación, la participación y el sentimiento de pertenencia.
  • Mayor recurrencia de consumo: cuando la marca crece y se expande, estamos dando a nuestra audiencia más razones para que nos compren en más ocasiones.
  • Mayor atracción de talento: una empresa con un equipo comprometido genera atracción y visibilidad a todo aquel talento que comparte las mismas actitudes y creencias.
  • Mayores márgenes: cuando nos convertimos en la opción de referencia con mayor frecuencia y contamos con un tipo de audiencia que recurre a nosotros, podemos mejorar nuestra estrategia de precios de tal modo que a través de precios más altos proyectemos un mayor valor hacia nuestro catálogo de productos y servicios, aumentando así nuestros ingresos sin tener que hacer una mayor inversión.
  • Mayor impacto medioambiental y social: la estrategia de branding pone el foco especialmente en las preocupaciones globales de los consumidores, intentando añadirlas a las prácticas y procesos de la empresa. En la actualidad, la sostenibilidad y la responsabilidad social son fundamentales para ofrecer una propuesta de valor relevante y convincente.
  • Comunicación más eficaz: la estrategia de marca arroja luz sobre las temáticas que puede tratar la marca, audiencias a las que puede dirigirse y sitios donde comunicar. Una estrategia de comunicación después de realizar un plan de branding contribuye a conectar más con nuestro público, a crecer y a aumentar nuestras ventas.

¿Cuáles son los requisitos que debe cumplir una estrategia de branding?

Para ser válida, toda estrategia de branding debe cumplir con los siguientes requisitos:

  1. Tiene que basarse en una visión estratégica a largo plazo: debemos mirar las tendencias económicas, tecnológicas y sociales con perspectiva, especialmente aquellas que pueden tener impacto en nuestra marca en la siguiente década. Cuando se hayan analizado, debe definirse el objetivo de la empresa a largo plazo.
  2. Compromiso: no es posible crear una marca sólida si toda la plantilla no se compromete con el plan estratégico previamente establecido. Para ello, es necesario que la sientan como propia, por lo que tenemos que aportar información para que cuando interactúen con los distintos consumidores estos disfruten de una experiencia coherente.
  3. Liderazgo: la creación de una marca de éxito tiene que estar sustentada sobre una serie de líderes dentro de la jerarquía empresarial. Desde el CEO hasta los distintos niveles de responsabilidad dentro de la empresa deben asegurarse de que hay personas que creen en la marca y la transmiten a los demás trabajadores, desarrollando una influencia activa.
  4. Gestión: el 70% de las estrategias de branding fracasan debido a una mala gestión. Por este motivo, una vez que la propuesta de marca ha sido definida, hay que dejar claro que su ejecución es una labor interdepartamental que tiene su impacto en toda la empresa y para la que son necesarios las herramientas y protocolos de gestión para alcanzar el éxito.