Estrategia de marca: el objetivo de cualquier estrategia de marca es encontrar su terreno de juego y posicionarse de forma relevante, es decir, crear una estrategia de marca que nos permita tener éxito. En la actualidad, la estrategia de marca y de negocio se mueven dentro de un mercado global con productos y servicios cada vez más similares. Unos mercados que resultan poco sostenibles a lo largo del tiempo y que pueden llegar a provocar semejanzas, confusiones y pérdidas de relevancia rápidamente.
Por este motivo, es fundamental crear una estrategia de marca coherente y consistente con sus acciones que nos ayude a hacer frente a los mercados y a potenciar nuestra estrategia de negocio para garantizar la supervivencia de nuestra empresa. Y, para ello, es imprescindible contar con profesionales expertos en estrategia de marca que se mantengan al día de lo que ocurre en el mercado. Así pues, la identidad corporativa nos dice quiénes somos y cómo somos y nos ayuda a ganar ventaja con respecto a nuestros competidores, respondiendo a las necesidades clave de nuestros clientes y a nuestra estrategia de negocio.
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Elementos imprescindibles para crear una estrategia de marca
Para crear una estrategia de marca, es necesario identificar las principales cualidades del producto que protagonizará nuestra estrategia de negocio. Recopilar las verdades internas tangibles y fijar conceptos, relaciones, significados y experiencias. Muchas veces estas cualidades se encuentran latentes y suponen un enorme potencial para crear una estrategia de marca única.
Con la finalidad de construir una marca potente desde el punto de vista estratégico, es fundamental llevar a cabo un análisis de marca para identificar la situación actual de la empresa, tanto en su realidad externa como interna, y presentar unas directrices sobre el camino que debe tomar la marca para ser más relevante a nivel comercial y corporativo. Un análisis adecuado hará que la empresa corrija todos los errores de base que lastran la rentabilidad del negocio y ayudará a detectar el nicho de mercado más adecuado.
Las ventajas de una auditoría de marca son la consecución de un alto rigor con datos cuantificados para una toma de decisiones más eficiente, conectar mejor con nuestro público objetivo, una óptima visión para marcar los pasos que da la compañía y la amplitud en el conocimiento sobre la empresa y todas sus aspectos.
Errores a evitar en una estrategia de marca
En un análisis de marca participan numerosos procesos y acciones para poder averiguar qué cosas estamos haciendo En un análisis estratégico de marca es crucial no cometer errores, especialmente aquellos que tienen que ver con las decisiones que se van tomando dentro de la vida cotidiana de la empresa o a la hora de poner en marcha una nueva estrategia de marca que influya en la presencia de la marca en el mercado y con sus audiencias. Y es que una marca no es lo que se proyecta de ella, sino que presenta numerosas facetas. Se mueve en contextos cambiantes y situaciones distintas, por lo que comprenderla en profundidad lleva tiempo y procesos minuciosos.
- Evitar el análisis de la cultura corporativa: olvidar la parte interna de la marca influye directamente en la manera en la que la marca se desarrolla de manera externa. Las interacciones con el equipo, las creencias y los principios que conforman la comunicación, la cultura, la historia y la percepción de la marca por parte de la empresa.
- Crear un único perfil de público objetivo: no podemos meter a todos nuestros públicos en un mismo saco y tratarlos como si fueran iguales. Los públicos de interés para la marca comparten intereses y puntos en común, pero cuentan con unos objetivos diferentes en relación con la marca. No es lo mismo la relación que mantenemos con nuestros proveedores que con los clientes o trabajadores. Conocer las expectativas e inquietudes de la empresa nos ayudará a personalizar la relación y a proporcionar el valor añadido necesario a cada uno de ellos.
- Presente sin pasado: valorar la empresa a fecha de hoy sin entender sus orígenes, su pasado y su evolución no resulta útil y no ayuda a tomar las decisiones de una dirección estratégica. La empresa podría estar cometiendo errores del pasado sin darse cuenta o incluso desaprovechando el valor de la misma en lo que respecta a sus cualidades y significados.
- Estudiar solamente a los principales competidores: en el mercado no sólo es importante investigar a los competidores directos, sino también a los competidores secundarios y a los que son un referente para la empresa. Obtener una visión completa e integral del mercado en el que nos movemos enriquece las decisiones y las acciones de la compañía.
- No comparar la proyección con la percepción: si las dos realidades de la empresa no encajan quiere decir que la brecha entre lo que es y lo que se quiere llegar a ser es muy grande. Para reducirlo y proporcionar valor al público, es esencial analizar la proyección de la marca hacia el exterior y la percepción de la audiencia sobre la misma.